El cardenal de cresta roja es fácilmente reconocible durante todo el año gracias a sus características distintivas. Estos incluyen su llamativa cresta roja, que proporciona un fuerte contraste con las plumas blancas y grises del ave.
El cardenal de cresta roja, también conocido como Paroaria coronata, es un ave atractiva de tamaño mediano. Comparte un parecido notable con el cardenal norteño, que es una especie de ave popular y conocida. Sin embargo, a pesar de parecerse, el cardenal de cresta roja está más estrechamente relacionado con las tangaras, una familia de vibrantes aves paseriformes.
Puede resultar complicado distinguir a los cardenales de cresta roja machos y hembras porque sus plumas son prácticamente iguales. Ambos tienen una cresta roja llamativa y un pico plateado brillante. Su espalda es de un color gris oscuro, mientras que su barriga es de color blanco como la nieve. Si quieren hablar con una persona o advertir a sus amigos sobre dapper, pueden mover sus crestas hacia arriba o hacia abajo. Este truco también resulta útil cuando quieren ahuyentar a los visitantes no deseados haciéndose parecer más grandes.
El cardenal de cresta roja es originario de varios lugares de América del Sur y Central, como Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay. Sin embargo, también se ha introducido en Hawái y Puerto Rico, donde ha establecido poblaciones con éxito.
La adaptabilidad de esta criatura emplumada le ha dado la ventaja de prosperar en diferentes hábitats. Estas incluyen áreas semiabiertas con árboles y arbustos, así como regiones tropicales húmedas, sabanas tropicales e incluso bosques degradados. Curiosamente, también logra sobrevivir en áreas pobladas por humanos, como tierras agrícolas, vecindarios suburbanos y entornos urbanos.
El cardenal de cresta roja es un tipo de ave que se encuentra activa durante el día. Suelen vivir con su pareja o familia pequeña, pero en ocasiones pueden formar bandadas más grandes cuando no se reproducen. Durante la temporada de reproducción, los machos tienden a volverse territoriales y pueden comportarse agresivamente alejando a cualquier intruso. Cuando vuelan, tienen un patrón ondulante, batiendo sus alas con movimientos cortos mientras suben y deslizándose con las alas plegadas mientras descienden.
El cardenal de cresta roja es conocido por sus encantadoras y musicales melodías, que incluyen una variedad de chirridos y silbidos. Sus vocalizaciones son frecuentes y pueden escucharse en las zonas que habitan. Estos cantos cautivadores contribuyen a la llegada del pájaro.
El cardenal de cresta roja tiene una dieta diversa, ya que es capaz de consumir tanto insectos como frutas además de semillas. Esta ave salta al suelo en busca de alimento, demostrando su versatilidad en los métodos de alimentación. Tampoco tiene qᴜаɩmѕ explorar el área que rodea los comederos para pájaros para encontrar sustento.
Observar los hábitos reproductivos del cardenal de cresta roja es realmente cautivador. Se sabe que estas aves forman parejas monógamas durante su temporada de reproducción e incluso en cautiverio son capaces de reproducirse con éxito. Los machos y las hembras realizan vocalizaciones y cantos a dúo para atraerse mutuamente, lo cual es una hermosa exhibición para los ingeniosos. Además, muestran el cortejo pavoneándose, abanicando la cola y haciendo clic con el pico. La construcción de nidos es un esfuerzo de equipo, en el que ambos padres utilizan diversos materiales vegetales para construir su nido entre arbustos de flujo. Una vez construido el nido, la hembra pone 2-3 huevos que tienen una coloración blanco verdosa con vetas marrones o malvas. La hembra es responsable de incubar estos huevos durante uno a doce días, y ambos padres contribuyen a alimentar a las crías. Pasan aproximadamente de dos a tres semanas antes de que los polluelos abandonen el nido, pero pueden permanecer con sus padres hasta por un año hasta que encuentren pareja. En algunos casos, se puede criar una segunda cría.
El cardenal de cresta roja es bastante diferente de otras aves que migran largas distancias. Prefiere permanecer en regiones cálidas durante todo el año, lo que podría ser la razón de su naturaleza menos móvil.
El cardenal de cresta roja se incluye en la categoría de “menor protección” en lo que respecta al estado de conservación. Cuenta con una población estable debido a su adaptabilidad y su gran área de distribución, pero aún enfrenta riesgos como la pérdida de hábitat, la caza furtiva de aves y la domesticación, similar a muchas otras especies de aves.