Ver perros callejeros viviendo en la calle no es raro. Sucede todos los días: la gente los abandona y los deja morir de hambre sin importar cuán irresponsable sea hacerlo.
Sin embargo, lo que es aún peor es cuando la gente abusa tanto de estos pobres animales que se aíslan en un entorno aún más peligroso sólo para evitar el contacto humano.
En esta historia, hablaremos de un perro enmarañado que intentaba sobrevivir cerca de una carretera muy transitada, pero necesitaba ayuda desesperadamente.
Mientras iba de viaje, una mujer fue detenida por lo que parecía un perro en el camino en medio de la nada.
Detuvo su auto para mirar a este pobre cachorro. Honestamente, fue un milagro que todavía estuviera vivo.
El perro estaba sucio, tenía el pelo enmarañado y las temperaturas en esa zona bajaban mucho durante la noche, por lo que probablemente estuvo congelado durante mucho tiempo antes de que alguien lo notara.
Después de detener su auto, su perro, Watermelon, notó a este pobre cachorro y pensó que se tranquilizaría al ver otra cara amigable.
Y funcionó. La mujer notó lo relajado que estaba con su perro, por lo que se acercó a ellos lentamente y cortésmente les pidió ayuda.
La mujer no perdió el tiempo y estuvo más que encantada de ayudarla. Lo llevó al auto y lentamente lo colocó en un lugar muy cómodo, para que pudiera calentarse y tomar una siesta.
Debido a que la mujer estaba de viaje, no pudo llevarlo inmediatamente a un peluquero y a un veterinario.
Sin embargo, después de ver la primera oportunidad, lo llevó a un peluquero que se encargó de su cabello desordenado.
Después de esto parecía un perro completamente diferente. Continuaron su viaje y Watermelon ahora tenía una nueva amiga que podía acompañarla en el viaje.
Y se lo pasaron genial. Esta fue una gran oportunidad para Watermelon de conocer a su nuevo amigo y hermano.
Una vez terminado, llegó el momento de volver a casa. El perro, ahora llamado Chusan, estaba mucho más feliz al darse cuenta de que finalmente estaba a salvo y con una persona maravillosa.
Su nuevo dueño lo cuidó y lo ayudó a recuperarse de su terrible vida anterior. A Chusan le encanta jugar en el parque y explorar su nuevo entorno.
Pero, sobre todo, le encanta estar cerca de Watermelon. Los dos eran básicamente inseparables después de conocerse y eso no ha cambiado, ni siquiera hoy.
Es sorprendente ver cómo este acto de bondad ayudó a mejorar la vida de un perro y darle la oportunidad de disfrutar de todas las cosas hermosas que la vida tiene para ofrecer.