La oficial Pascale no perdió el tiempo. Llevó a Joey a los New York Animal Care Centers en Brooklyn y, mientras secaba al agradecido cachorro con una toalla, comenzó a formarse un vínculo especial entre ellos. Para Pascale, Joey no era sólo un animal; Vio un alma necesitada.
“No veo ningún animal”, subraya Pascale. “Veo un alma. Y eso no es algo que evite”. Le envió un mensaje de texto con una foto del cachorro abandonado a su esposa, quien no dudó en responder: “¡Tráelo a casa!”. La pareja Estaba listo para adoptar a Joey, con sólo un obstáculo en el camino.
Animal Care Centers informó a la oficial Pascale que Joey tuvo que someterse a un período de detención obligatorio de 72 horas. Este período de espera garantiza que incluso los animales abandonados o maltratados tengan la oportunidad de reunirse con sus dueños. A pesar de su entusiasmo por adoptar a Joey, Pascale y su esposa entendieron la importancia de este período de espera.
Durante esas largas 72 horas, la oficial Pascale visitó a Joey todos los días, formando una conexión aún más fuerte con el dulce perro. Finalmente, cuando se levantó el control sobre los perros callejeros, Pascale cumplió su promesa a Joey, adoptándolo y prometiendo protegerlo de la crueldad y el abandono.
La transición de Joey de un perro callejero frío y húmedo a un querido miembro de la familia se completó cuando colmó a Pascale de besos agradecidos. Regresaron a casa para comenzar un nuevo capítulo en sus vidas juntos.
Hoy, Joey disfruta explorar la ciudad de Nueva York con su padre y acurrucarse en el sofá con su madre. La oficial Pascale señala que Joey se ha convertido en el “niño de su mamá”. Si bien Joey puede no ser perfecto (de vez en cuando huele la basura y todavía no le gusta salir bajo la lluvia), está contento y amado.
Al final, lo único que Joey realmente quería era un hogar lleno de amor y, gracias a la compasión de la oficial Pascale, encontró eso y más. El conmovedor viaje de Joey nos recuerda el increíble vínculo que se puede formar entre humanos y animales, así como el poder transformador de la bondad y el rescate.