Cuando este pequeño perro llamado “Freddie Mercury” estaba en un refugio, era difícil ver más allá de su apariencia externa. Necesitaba que le sacaran 17 dientes.
Su pequeño cuerpo estaba permanentemente torcido y una de sus patas creció en un ángulo inusual. Cualquiera que sea el caso, este cachorro merece una vida feliz. A la gente, por otro lado, le resultaba difícil ver más allá de su apariencia exterior.
Afortunadamente, hay ángeles a los que no les importa el aspecto de un animal. ¡Solo se preocupan por lo que le corresponde a ese animal!
Ángela, una de las mujeres, tiene el corazón más cálido. Vio a Freddie en el refugio y se dio cuenta de que no podía abandonarla, aunque nadie la quería.
Ángela había traído a Freddie. Tuvo un momento de iluminación cuando vio por primera vez a Freddie luchando por ponerse de pie y caminar.
Sabía muy bien que Freddie sería un desafío médico, pero estaba decidida a aguantar y ser paciente. ¡Eso es justo lo que Freddie necesitaba!
La nueva madre de Freddie le mostró lo que era ser amado incondicionalmente. A medida que Freddie creció en confianza y se dio cuenta de que su madre era una constante en su vida, comenzó a expresar su gratitud a diario.
Ángela la colmaría de besos amorosos. “¡Gracias por venir en mi ayuda, mamá!” Freddie saltó sobre su espalda.
Con frecuencia le preguntaban a la madre de Freddie cómo podía dedicar tanto tiempo y atención a un perro que tal vez no viviría mucho, y su respuesta fue simple: ¡porque se lo merecía!
“La vida es corta y todo lo que tienes que hacer es vivir el hoy”, comentó. ¡Ángela es una mujer sabia!
El humor de Freddie ha cambiado considerablemente desde que lo aceptó en su casa. Está más tranquila ahora que sabe que la quieren y la protegen.
Se despierta todos los días confiada en que tendrá todo lo que necesita. Tiene hermanos mascotas y una madre que la adora.
Mucha gente pensaba que Freddie parecía un monstruo, pero Ángela no estaba de acuerdo. ¡Ángela piensa que es hermosa!
Esta es una de nuestras historias de rescate favoritas de todos los tiempos. Los perros con necesidades especiales tienen el mismo derecho a la felicidad que todos los demás. ¡No te niegues!
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