También se sabe que se unen en enormes enjambres creando un piso con púas para protegerse de los atacantes.
Foto: © Павлик Лисицын
Si alguna vez te encuentras con una hormiga grande con tres juegos de ganchos afilados saliendo de su espalda, es posible que desees mantenerte alejado de ella. La criatura en cuestión es la hormiga anzuelo (Polyrhachis bihamata), una especie que puede perforar la piel y alojarse en la garganta de posibles depredadores. Estas hormigas no sólo son formidables defensoras, sino también fascinantes constructoras e insectos sociales.
Las hormigas anzuelo son nativas de las selvas tropicales del sudeste asiático, donde construyen sus nidos en el suelo, madera podrida o árboles. Su característica más llamativa es su postpecíolo espinoso, el segmento entre el abdomen y el tórax. Las espinas apuntan hacia afuera y se doblan hacia atrás, formando ganchos que pueden cortar fácilmente la piel y tienden a sostenerse por un tiempo. Si un depredador es lo suficientemente descuidado como para morder a esa hormiga, la hormiga se sacudirá y cortará el interior de la boca del depredador. Los ganchos no sólo sirven para la defensa, sino también para anclarse al sustrato o entre sí.
Foto de : Parque Nacional Virachey
Cuando son atacadas, las hormigas anzuelo salen de sus nidos y se enganchan entre sí, formando una alfombra viva de púas que disuade a los depredadores. Este comportamiento es involuntario pero bastante eficaz como mecanismo de defensa. Las hormigas también usan sus mandíbulas y aguijones para morder y picar a sus enemigos, liberando un veneno doloroso.
Las hormigas anzuelo también son notables por sus habilidades para construir nidos. Utilizan la seda producida por sus larvas para tejer materiales vegetales, como hojas, ramitas o pastos, en una estructura resistente. La seda también actúa como agente impermeabilizante, impidiendo que el agua de lluvia entre al nido.
Los nidos pueden variar en tamaño y forma, dependiendo de la disponibilidad de recursos y la cantidad de hormigas. Algunos nidos son pequeños y esféricos, mientras que otros son grandes y alargados. Algunos nidos están adheridos a ramas o troncos de árboles, mientras que otros están escondidos bajo tierra o dentro de troncos podridos. Los nidos tienen múltiples entradas y cámaras, donde las hormigas almacenan comida, crían y descansan.
Foto de : Bernard DUPONT
Las hormigas anzuelo son insectos sociales que viven en colonias de miles de individuos. Tienen un sistema de castas compuesto por trabajadores, soldados y una reina. Las obreras son responsables de buscar alimento, construir nidos y cuidar a las crías. Los soldados son más grandes y están mejor armados que los trabajadores y protegen la colonia de los intrusos. La reina es la única hembra fértil de la colonia y pone huevos que se convierten en nuevas hormigas.
Estas asombrosas hormigas se comunican entre sí mediante señales químicas llamadas feromonas. Cooperan entre sí para lograr objetivos colectivos, como encontrar comida, construir nidos o defenderse de los enemigos. Exhiben división del trabajo, donde diferentes individuos realizan diferentes tareas según su edad, tamaño o preferencia. También exhiben autoorganización, donde surgen patrones complejos de interacciones simples entre individuos.
Las hormigas anzuelo son insectos asombrosos que merecen nuestro respeto y admiración. Pueden ayudarnos a comprender la evolución del comportamiento social, los mecanismos de la inteligencia colectiva y los principios del biomimetismo. Pueden inspirar nuevos diseños de materiales, estructuras y robots.
Si alguna vez los encuentras en la naturaleza, no intentes tocarlos ni perturbar sus nidos. En lugar de ello, obsérvalos desde una distancia segura y aprecia su belleza y complejidad.